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lunes, 22 de abril de 2013

El Derecho irlandés sobrevuela el espacio aéreo


He puesto  los pies en suelo británico después de casi 9 años.  Durante el vuelo de ida me he dado tiempo a plantearme cosas tan curiosas como las condiciones laborales de los empleados de Ryanair.  Derecho laboral irlandés que “vuela  (literalmente) de un lado a otro” ¿Cuántos días tendrán de vacaciones, qué tipo de permisos se les concederán? ¿cómo se las arreglan para conciliar su vida laboral y familiar?

En fin, toda una serie de cuestiones que (salvando las distancias entre el derecho español y el irlandés)  forman parte, entre otras cosas  del día a día de mi trabajo. ..

Aunque concebí el blog como algo profesional, me parece que va a acabar siendo un cuaderno de a bordo donde se entremezclen temas profesionales con personales…lo digo por aquello de  que comunicar nuestras intenciones  es una de las bases del buen entendimiento  y puede evitar confusiones y malentendidos.

Salvo el domingo  día 21 de abril, he disfrutado mis 3 días en Liverpool  bajo un sol espléndido. ¿Por qué en España no digo sol espléndido sino bochornoso? Pues está claro, salí de allí con 25 grados y llegué a Liverpool con 10, he ahí una más que sutil  diferencia.

Mientras escribo estas líneas en el vuelo de vuelta y después de  dos días viviendo intensamente la vida diurna y nocturna de la ciudad de Liverpool, me planteo unos cuantos interrogantes, algunos banales y otros no tanto.

¡Qué diferentes somos los ingleses y los españoles!  Sobre todo en el tema de los horarios. Son razonablemente eficientes en la “gestión del tiempo”.  Entre las cosas curiosas:

La gente puede ir al gimnasio en Liverpool hasta las 12 de la noche, lo vi con mis propios ojos a través de unos grandes ventanales.

No tienen horarios establecidos para el lunch. Comen por pura necesidad, por la calle, en el parque, donde les pilla a mano. Esto de disfrutar de la comida debe estar reservado para  un pequeño porcentaje . En  “The Fall Well”  es fácil llenar el estómago a cualquier hora del día.

Su termostato corporal debe funcionar de manera distinta al nuestro porque con 8 o 10 grados todas las jóvenes y no tan jóvenes se ponen sus sandalias de tacón, vestidos de tirantes  (sin abrigos) y se pasean por calles como Mathew Street, hervidero de pubs  ,muchos de ellos con música en directo durante todo el día. En especial “The Cavern”, donde la Beatlemanía se percibe por todos los rincones de este agradable lugar.

Otra gran diferencia que tiene que ver con la gestión económica más que con la del tiempo. La mayoría de los museos son gratuitos, a excepción del de los Beatles. Visitas obligadas para los que se dedican al mundo del Derecho , Saint Georges´s Hall. Se puede visitar la mayoría de sus estancias. Interesantes las celdas y sala de vistas donde se celebraron casos  desde mitad del S. XIX hasta mitad del XX.

He disfrutado del Albert Dock, del Museo de los Beatles y del Museo Marítimo, además de haber hecho el recorrido “Magical Mystery Tour” que te hace un repaso de lugares relevantes en la vida de los Beatles.

Realmente la visita a la ciudad de Liverpool ha despertado en mí muchas curiosidades, pero sobre todo el deseo de volver a casa y escuchar canciones como Penny Lane, Strawberry fields, Do you want to know a secret? y alguna que otra cuyo título no recuerdo pero que me ha hecho desconectar durante unos días y ver “desde otra perspectiva” mi vida real. 

Nuestra vida puede ser vista desde diferentes perspectivas y no debemos dejar escapar el placer de disfrutar de algunas de ellas cuando la ocasión se presenta…

Hasta pronto.